lunes, 18 de marzo de 2013

Salvando una vida


Siguiendo en la misma onda de Frodo, y del rescate de mascotas abandonadas en la calle, les dejo este relato que le mandó Ana Arbelo a mi amiga María Isoliett Iglesias. Es la historia de Amelia:

"Quizás para algunos el título de este post les resulte un poco exagerado, pero para mí tiene todo el sentido del mundo. Cuando las circunstancias me lo permiten, rescato perros y/o gatos de la calle y, como dice el título, les salvo la vida. Sí, soy una de esas locas que seguro han visto en la calle persiguiendo a algún perro, sólo para poder ayudarlo.
Siempre he pensado que los animalitos que rescato, de alguna manera, Dios me los pone en el camino para que los ayude, porque de no hacerlo, su destino no sería otro que la muerte. A Amelia (ese fue el nombre que le puse) la vi en diciembre cuando iba camino a ejercer mi derecho al voto. Estaba extremadamente flaca y me llamo mucho la atención pues su compañera no lo estaba.
Luego de votar fui corriendo a mi casa, agarre agua, un poco de comida de mis perras y se las lleve. Intentó comer pero no podía. Algo en su boca se lo impedía, pero no me dejo ver qué era. Con todo el dolor de mi alma la deje allí y regresé a mi casa. No me tomo mucho tiempo tomar la decisión de rescatarla, pensé “si yo no lo hago es muy poco probable que alguien lo haga”.
La segunda vez que salí a buscar fue cuando pude rescatarla, luego de perseguirla un rato y gracias a la ayuda de dos señores que, aun cuando viven en una zona muy humilde, no dudaron en dejar lo que estaban haciendo y ayudar a esta loca. Finalmente pude ponerle un collar improvisado, pero el miedo (producto de tanto maltrato) tenía a Amelia paralizada. No tuve otra opción que cargarla y caminar con ella en brazos hasta mi casa, a pesar de su miedo me dio un par de lengüetazos, como diciendo “no me vayas a hacer nada malo” y por supuesto no lo hice.
Ya en el veterinario pudimos ver una gran gusanera (miasis) en su boca que le impedía comer. Esa era la razón de su extrema flacura, nada grave y totalmente curable! Y así fue, 15 días después ya Amelia estaba muchísimo mejor y siguió mejorando! Estuvo 3 meses en el veterinario pensionada. Cuando estuvo completamente recuperada se esterilizó, vacuno y fue llevada un refugio natural en el que no está encerrada y puede compartir con otros perros. Allí aun espera por alguien que quiera adoptar a un perro mestizo, tema nada fácil en nuestra sociedad que parece sólo estar pendiente de la “raza”. Amelia es una mestiza de labrador negro, de tamaño mediano, ideal para un apartamento. Es una perra muy tranquila y aun muy tímida, sin embargo no muestra ninguna señal de agresividad hacia el humano u otros animales. Quien decida adoptarla debe darle tiempo para que se adapte, no es fácil para los perros entender de nuevo que un humano puede quererlos, va a ser desconfiada al principio pero les aseguro que muy cariñosa, conmigo lo fue desde el día que la rescaté.

Darle oportunidad a un perro rescatado nos permite sentir un agradecimiento y entrega por parte del animalito (sea gato o perro) que muy pocos humanos son capaces de dar. Espero que alguien se anime y decida darle una oportunidad a la bella Amelia."


Ana Arbelo
@anaarbelo
0414.323.3552